"Debido a mis trastornos de salud mental, apenas sobrevivía y para mí, soñar era un lujo. Durante mucho tiempo, no podía imaginar mi vida de ninguna manera positiva, productiva, feliz o saludable, y mucho menos soñar de la futuro," dice María. "Encontré un nuevo médico y durante el año siguiente respiré, comí y practiqué ERP como si mi vida dependiera de ello. ¡En realidad, así fue! Fue una de las cosas más difíciles, pero también las mejores que he hecho para mejorar."
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