Hola amigos de HealthUnlocked quiero compartir mi historia llena adversidades y sentimientos encontrados de este terrible padecimiento que sin motivo alguno llego a mi vida complicándola y llenándola de incertidumbre.
Hace 6 años me detectaron diabetes mellitus debido a una vida descontrolada en mi alimentación, sedentarismo y una vida agitada debido al trabajo y los altos niveles de estrés.
Tome las cosas en calma porque esto ya lo veía llegar, me sometí a un régimen alimentario y las clásicas rutinas de medicación.
Acostumbrado después de dos años al control de esta enfermedad, pensé que la había librado de una u otra manera y que si seguía mi dieta y la medicación era suficiente para seguir viviendo una vida casi normal.
El azúcar la controle, pero mi vida sedentaria continuaba en la misma rutina como en los muchos años de mi vida, trabajo, trabajo y por las tardes que llegaba a casa me llevaba trabajo.
Hace cuatro años en el 2012 comencé a tener un pequeño problema en mi mano derecha, cuando estaba quieto comencé a tener movimientos involuntarios que yo no notaba y me lo hicieron ver algunos de mis compañeros y colaboradores.
Pensé que era algo de nerviosismo dado a que me considero una persona sumamente inquieta y deje pasar algunos días argumentando estrés.
Pasaron algunos días y ahora si notaba yo mi temblona de una manera más aguda, durante ese periodo también comencé a tener problemas de equilibrio con caídas constantes.
Acudí al médico y el me argumento altos niveles de estrés y probable afectación del azúcar, por lo cual creí que esa era la causa, pero me realizaba exámenes y siempre salía bien el nivel de glucosa y tampoco tenía otros síntomas que afectaran la diabetes que padecía.
Pasaron algunos meses y tenía que usar bastón dado al problema de equilibrio que tenía, los constantes periodos de movimiento en mi mano derecha ahora eran más frecuentes y tenía muchas veces que detenerla con mi mano izquierda por vergüenza cuando me encontraba en alguna reunión de trabajo.
Mi familia también se preocupaba con este nuevo síntoma y me refería que tomara más en serio estos padecimientos.
Así pasaron unos meses más de estudios, análisis, pruebas y consultas a varios médicos compartido segundas, y terceras y hasta cuartas opiniones y mis movimientos seguían cada vez más frecuentes y fuera de control.
Hasta que llego el dia después de casi dos años que me dijeron:
Señor en base a todos los estudios que hemos realizados durante este largo tiempo usted tiene PARKINSON.
Recuerdo que me sumí en el sillón del consultorio médico sin decir una sola palabra, pensando “no basta con la diabetes”, ¿ahora también Parkinson?
Después de algunos consejos de la doctora y que en ese momento me negaba a escuchar ya que mi pensamiento estaba sumergido en las consecuencias que vendrían.
Salí del consultorio y no comente nada a nadie, seguí yo en mis pensamientos, divagando que haría en mis años de vida que me restan, si me podría valer por sí solo o sería una carga para mi familia, guarde este secreto para todos no en vano que muchos me preguntaban, yo no contestaba nada, me encerré en mi mudo, un mundo en el cual había yo entrado sin invitación, un mundo desconocido llamado PARKINSON.