El Parkinson es la segunda enfermedad neurológica en importancia. Según estimaciones existen 6.3 millones de personas diagnosticadas en el mundo. Pese a ello el Parkinson solo es tratado en el cine de modo marginal y excluyente. El tratamiento marginal lo hacen filmes como: "Amor y otras drogas" (Edward Zwick), donde se pretende ilustrar el Parkinson de inicio temprano pero con tal delicadeza que no refleja en lo más mínimo la realidad que enfrentamos. “Aurora Boreal” (James Burke), trata al Parkinson como una circunstancia de desafío moral con tonos románticos. Los casos de “El último concierto” (Yaron Zilberman) y “This Girl´s Life” (Ash), sin duda dejan ver más de cerca al Parkinson. La primera destaca las relaciones conflictivas, los miedos y tensiones que la aparición del Parkinson provocan en el enfermo y su entorno, y la última evidencia más los síntomas y deja imaginar las implicaciones de la patología. Finalmente esta la película de Penny Marshall, “Despertares”, lo rescatable es que destaca un hecho real: el uso de la L-Dopa (medicamento usado para el tratamiento del parkinson) en el tratamiento de la encefalitis letárgica. El Parkinson apenas es dibujado en estos filmes.
Actualmente hemos impulsado el documental “El Camino de Larry” (Ricardo Villarreal) en Festivales como DOCS y en AMBULANTE pero se deja fuera al Parkinson. El cine es un modo de aprehender la realidad y de articular pensamientos, deseos, esperanzas y aprender. En este sentido solicitamos se abra un espacio al Parkinson en AMBULANTE.