Tanto la cantidad como la calidad de la información que se publica cada semana en las revistas médicas hacen muy difícil que las personas afectadas por enfermedades puedan encontrar lo que buscan. Por eso, aplicar los criterios de la medicina basada en la evidencia, y hacer un esfuerzo de adaptación al lenguaje no experto, puede ayudar a buscar y a comprender.