La ciencia, la historia y la genética nos enseñan lo vulnerable, inestable y frágil que somos las personas: según datos avalados por estudios de investigación llevados a cabo por la Organización Mundial de la Salud (OMS), se indica que cada 40 segundos hay un suicidio en el mundo y que 1 de 4 personas sufrirá algún tipo de enfermedad mental a lo largo de su vida.
En España las enfermedades mentales que más se han incrementado son la ansiedad, la depresión y el trastorno mental que se desarrollan tanto a causa de factores endógenos como exógenos.
Para tratar estas circunstancias, hay que conocer el entorno y las experiencias anteriores del paciente. En el caso de la depresión, por ejemplo, es imprescindible tener en cuenta algunos factores como los antecedentes familiares y personales, y la personalidad del sujeto. Solo una vez recogidos estos datos será posible indicar la mejor manera de aliviar (y tratar de curar) esta patología: desde los antidepresivos o unas intervenciones psicológicas cuando se trata de una depresión más moderada, a terapias más agresivas e invasivas como la TEC (terapia electroconvulsiva) y la EMT (estimulación electromagnética transcraneal) cuando la enfermedad ya está en uno estadío más avanzado y grave.
Otro dato a destacar es que el número de jóvenes afectado por dicha condición está en constante aumento. Así pues, juega un rol fundamental la educación y los conocimientos de los familiares de los pacientes: cuanto más sepan sobre el desarrollo y la gestión de la patología, mayor será la posibilidad de reconocerla antes de que llegue a un nivel de gravedad en el que sólo se pueda intervenir con terapias TEC o EMT. Por otro lado, en aquellas personas en las que la enfermedad se prolongue en el tiempo, los fármacos no son el tratamiento de primera línea, por lo que la intervención psicológica y psicosocial es lo que cobra mayor relevancia.
El autor también quiere poner nuestro enfoque sobre otra condición que afecta a 21.000 millones de personas en el mundo, de las que 500.000 se hallan solo en España: el trastorno bipolar. A pesar de que esta patología pueda aparentemente ser identificada como depresión, debido a que en su fase de comienzo manifiesta episodios semejantes a los depresivos, esta enfermedad, además de generar sufrimiento, produce disfuncionalidad e inadaptabilidad, que pueden llegar hasta la manifestación de agresividad o esquizofrenia.
Finalmente, el enfoque del análisis se dirige a nuevas enfermedades, como la adicción al juego, que principalmente se debe a cambios ocurridos en nuestra sociedad: es el caso de la digitalización, que ha sido uno de los factores claves en la evolución de trastornos habituales como el juego patológico que cuenta ya con aproximadamente entre un 0,4% y un 1,6 de afectados en todo el mundo, mientras que en España es alrededor del 0,5%. Destaca que el grupo de edad que más sufre por esta patología es el de 25-34 años, con un 36% de ellos que empiezan a jugar antes de la mayoría de edad, siendo más influenciables y vulnerables a estas conductas adictivas.
Además de hacer un interesante discurso sobre las enfermedades más frecuentes en la población nacional y mundial, el Profesor Urra Portillo nos quiere mandar un mensaje muy claro: cuidar de nuestra salud mental.
Para ello, nos invita a informarnos más sobre los síntomas de las enfermedades para diagnosticar su detección precoz; a incentivar los médicos de atención primaria a una formación específica, ya que son los que más están en contacto con nosotros y que mejor pueden ayudarnos a detectar una enfermedad; a aprender a (sobre) vivir y a enfrentar situaciones de vida cotidiana con autoconciencia, sabiendo, por ejemplo, cuándo recurrir a medicamentos y cuando no (ruptura de una relación o sufrimiento por duelo).
Este tema y otros más sobre salud los podréis encontrar en nuestro último libro publicado. Os invitamos a profundizar a través del enlace:
