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Tipos de Delirios...

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Ideas delirantes: características generales

El delirio se comunica en ideas, las cuales se elaboran desde el juicio de realidad. Son entonces ideas delirantes, los juicios de realidad patológicamente falseados. Las características principales de éstos son para Jaspers las siguientes:

1. Son de certeza subjetiva incomparable, o sea el sujeto las afirma con una convicción extraordinaria.

2. No son influenciables por la experiencia, ni por las conclusiones irrefutables.

3. Su contenido es imposible.

En otras palabras, las ideas delirantes son apodícticas, incorregibles y absurdas. Scharfetter, en su texto de psicopatología define las ideas delirantes en relación a seis aspectos que considera fundamentales:

a) La interacción entre realidad delirante y realidad común.

b) La significación en el delirio.

c) La certeza de significación y su independencia de la experiencia.

d) Su inquebrantabilidad respecto a la experiencia general, a las convicciones del grupo, y resistencia contra las mismas.

e) Su incapacidad para cambiar de punto de vista.

Revisemos cada una de estas características:

a) La interacción entre realidad delirante y realidad común:

1. La realidad delirante es la única realidad: El delirio aparece en lugar de la realidad común, la desplaza e invalida. En especial se ve en los delirios agudos.

2. La realidad delirante es la que predomina pero no es la única realidad: El delirio es para el enfermo la realidad más importante, pero no queda completamente invalidada la realidad común. Esta situación se llama doble orientación.

3. La realidad delirante y la común coexisten: Ambas realidades no se interfieren mutuamente, o ni siquiera son puestas en relación entre sí. Acá la doble orientación es más evidente.

4. La realidad delirante y la común confluyen: El paciente no las separa bien entre sí. Lucha por mantener su correcto juicio de realidad, sin embargo, con profunda angustia y perplejidad confiesa: "todo está revuelto", o "tengo un lío en la cabeza". Se sienten confundidos en esta doble orientación.

b) La significación en el delirio: Todo pensamiento es pensamiento de significaciones. Si existe allí directamente la significación en lo sensorialmente perceptible, representado, recordado, la significación tiene el carácter de la realidad. Nuestra percepción no es nunca una fotografía de las excitaciones de los sentidos, sino al mismo tiempo la percepción de una significación. Una casa existe para ser habitada por seres humanos, las vivencias primarias del delirio son análogas a este ser significaciones, La vivencia de la significación experimenta una transformación radical. El saber inmediato que se impone de las significaciones, es la vivencia primaria del delirio. O sea la vivencia de la realidad se altera al vivir significaciones que no corresponden a la realidad. Y esto se traduce en juicios de realidad falsos, y se expresa en ideas perturbadas (delirantes).

Esta transformación de las significaciones se puede dar en relación al entorno o en relación a sí mismo, al Yo, o a ambos. El contenido de los delirios se ordena según sobre cuál de estas dos áreas se altera la significación, como veremos en la clasificación de las ideas delirantes según sus contenidos.

c) La certeza de significación y su independencia de la experiencia: El delirio surge como una evidencia a priori. El enfermo no necesita demostraciones para su certeza de significación. El tiene una vivencia de la realidad cuyo significado se le impone con certeza apodíctica, sin que sea necesario que se le demuestre esta significación, a través de razonamientos deductivos o inductivos.

d) Su inquebrantabilidad respecto a la experiencia personal, a las convicciones del grupo, y resistencia contra las mismas: La realidad delirante prevalece, por muy inverosímil y poco digno de crédito que sea.

El delirio es resistente frente a argumentos lógicos.

El enfermo no se preocupa tampoco de la distancia de su vivencia frente a la postura colectiva de los demás. La opinión o las concepciones de la sociedad a la que pertenece lo tienen sin cuidado. Incluso su propia experiencia no logra invalidar su afirmación delirante.

e) Su incapacidad para cambiar su punto de vista: El sujeto que no delira puede participar su experiencia a los demás, contrastarla, corregirla; puede también cambiar sus puntos de vista, su perspectiva, puede adaptarse a otros hechos, es elástico y flexible. El que delira es incapaz de considerar objetivamente su propio punto de vista, ponerlo en relación con los puntos de vistas de los demás y relativizarlo. Está afectado y dominado por la nueva certeza de significación y ha quedado rigidificado en una nueva evidencia, que no es compartida por los demás.

Todas las características descritas corresponden a la idea delirante propiamente tal, pero el pensar delirante adquiere características psicopatológicas diferenciables cuando se conjuga con una conciencia oscurecida o un estado afectivo exaltado congruente con los contenidos de las afirmaciones delirantes. En tal caso asumen respectivamente la denominación de ideas deliriosas e ideas deliroides.

- Las diferentes formas de ideas delirantes

Las ideas delirantes se dividen en 3 grupos. Las ideas delirantes primarias, las ideas deliroides y las ideas deliriosas. A estas dos últimas se les denomina también en forma general ideas delirantes secundarias, ya que son comprensibles, en tanto que las primarias surgen incomprensiblemente.

a) Ideas delirantes primarias: cumplen con las características que definimos para las ideas delirantes, pero además tiene sus rasgos propios que para Jaspers se resumen con el término de incomprensibilidad. Llama ideas delirantes primarias, a las ideas delirantes incomprensibles, o sea aquellas que encuentran como fuente una vivencia patológica primaria, o que exigen como condición previa para su explicación una trasformación de la personalidad. El Dr. Roa agrega como características propias de éstas:

- La tendencia a guardarse en la intimidad

- No se las argumenta coordinadamente.

- No se las verifica en base a coincidencias.

- No se vierten en conductas activas y se lucha poco en favor o en contra de lo revelado.

Se las divide en:

* Percepciones delirantes: son auténticas percepciones a las cuales se les da un significado anormal por parte del paciente, sin que exista para ello un motivo comprensible.

Ejemplos:

Una paciente paranoica refiere: "Cuando yo vi esa noche a mi marido acostado con mi hijo entre las piernas, supe que era homosexual. El no dormía, roncaba, pero se hacía el dormido".

Una paciente de 13 años diagnosticada como depresiva, pero con pobre respuesta a los psicofármacos tricíclicos, nos refiere como primer elemento psicopatológico que nos orientó al diagnóstico de esquizofrenia, el siguiente comentario: "cuando entré a la pieza mi papá estaba con un pijama amarillo. En ese momento supe que me despreciaba, me odiaba. Lo supe por el color del pijama".

Un paciente esquizofrénico dice: "la niña que habla en la tele dijo en un momento bicho. Quiso decir que yo era una mugre". "Me daba cuenta en la forma de actuar de las personas, ellos me miraban como si fuera un robot y yo me veía como un robot. Me despreciaban, me miraban con odio, y captaba el odio en la mirada de piedad".

* Ocurrencias delirantes: en las ocurrencias delirantes la nueva significación especial no es sobre una percepción, sino sobre lo representado. Diferentes experiencias internas vividas por el paciente, ya sean estas normales o patológicas, sueños, lecturas, fantasías, imaginaciones, ilusiones, alucinaciones del recuerdo, etc., son vividas por el paciente con un significado especial. Al sueño de un desfile le da el significado de que él es un general importante. La lectura de un pasaje de la Biblia le hace pensar que es uno de sus personajes, enviado por Dios. Sin embargo, a diferencia de la percepción delirante, en que siempre se nos hace evidente que es aquello que el paciente vive con una significación especial, en la ocurrencia delirante habitualmente no es así, ya que la significación anormal es sobre experiencias internas del paciente, las cuales no son evidentes para el observador. De ahí que Schneider haya sostenido que la ocurrencia delirante es mucho más difícil de captar que la percepción delirante, ya que la segunda es lógicamente analizable, es bimembrada (el primer miembro va desde el que percibe al objeto percibido; el segundo miembro, desde el objeto percibido al significado anormal), en cambio la primera sería unimembrada, faltaría el segundo miembro, no habría una puesta en relación como en la percepción delirante.

Jaspers no comparte esto, al señalar que tanto a lo pensado (ocurrencia delirante) como a lo percibido (percepción delirante), se les asocia la nueva significación especial. O sea ambos serían bimembrados. No hay ocurrencias, delirantes unimembradas, insiste Jaspers.

Ejemplos:

Un paciente esquizofrénico con un síndrome de Cotard refiere: "Ella me jodió, después que tuvimos relaciones me quedé sin cerebro".

Un paciente paranoico dice de sus vecinos: "Ella es la reina de los judíos y su esposo dicen que es el rey de los judíos. Comen carne humana".

b) Ideas deliroides: son aquellas que han surgido comprensiblemente para nosotros, de procesos píquicos en relación a la afectividad. O sea que podemos entender como se originan desde las emociones y sentimientos, sean estos de temor, desconfianza, deseo, éxtasis, rabia, culpa, minusvalía, etc. Desde esos afectos, se nos hará comprensible, en el sentido Jaspersiano, la idea deliroide del paciente. Como dice Jaspers, para su explicación no necesitamos ninguna trasformación de la personalidad, como sucede en las ideas delirantes primarias, sino solamente exacerbaciones de rasgos previos. Se las divide en:

* Percepciones deliroides: son auténticas percepciones a las cuales se les da un significado anormal por parte del paciente, el cual aunque no es compartido por el terapeuta, le es comprensible desde el ánimo del paciente.

Ejemplos:

Una paciente de 58 años, cursando una reacción psicótica paranoica, refiere: "Cuando las personas me dicen hola y mueven la mano así, es como si me dieran a entender que mi marido no murió de enfermedad, sino que lo mataron. Cuando mi yerno lo hace, yo me enojo con él y le digo que no me moleste. Cuando me enfermo me pongo así, como si todos me ocultaran algo". La paciente acepta que pueden ser ideas derivadas de su enfermedad, "sin embargo, no puedo dejar de sentirlas". Una paciente joven severamente deprimida refiere: "me siento tan poca cosa, no me atrevo a salir a la calle, como que todo el mundo me mirara, me siento observada, pero yo sé que es porque estoy enferma, porque la gente ni me conoce".

* Ocurrencias deliroides: en las ocurrencias deliroides, al igual que en las delirantes primarias, la nueva significación especial no es sobre una percepción, sino sobre lo representado. Las experiencias internas vividas por el paciente, ya sean normales o patológicas, sueños, lecturas, fantasías, imaginaciones, ilusiones, alucinaciones del recuerdo, etc., son vividas por él con un significado especial. Pero en este caso al igual como lo describimos para la percepción deliroide, aunque éste no es compartido por el terapeuta, lo puede comprender, desde el afecto presente en el paciente.

Ejemplos:

Un paciente en fase maniacal refiere la siguiente ocurrencia deliroide magalomaníaca: "Yo soy piloto especializado en incendios forestales. Yo manejo el helicóptero de la sexta región, me acerco a los incendios y mando los bomberos a apagarlos.

Mantengo un helicóptero en el patio de mi casa por cualquier emergencia. Cuando Ud. quiera Dr., lo saco a dar una vuelta". Su relato no tiene ninguna base real, excepto que un tiempo atrás fue invitado por un amigo a pasear en un helicóptero forestal.

Una paciente que consumía altas dosis de anfetaminas, durante un tiempo sostuvo que el poder divino estaba delegado en ella para poner justicia en la tierra.

c) Ideas deliriosas: Son las ideas delirantes que surgen en el perturbado de conciencia y que, por lo mismo, sus características propias están dadas por ese estado. Son comprensibles para el terapeuta en cuanto son concordantes con el estado afectivo, sin embargo, no al modo de las ideas deliroides, dado que los fenómenos vividos desde la conciencia alterada, son privativos del enfermo, haciendo más difícil para el observador precisar la relación de la idea con el estado afectivo del paciente. (Esto sucede en especial en el estado delirioso). Dado el componente amnéstico propio del perturbado de conciencia, el paciente no configura sistemas; sus conductas son concordantes mientras dura el fenómeno delirioso, habitualmente son transitorias, cambiantes, no se explicitan con claridad por la habitual incoherencia y no se intentan verificar en base a coincidencias ni razonamientos deductivos.

Se las divide en:

* Percepciones deliriosas: a percepciones auténticas el paciente les da un significado anormal, comprensible también para el terapeuta, pero esta vez no desde una predisposición caracterológica, si no desde el afecto y el trastorno de la función de interioridad de la conciencia. Este efecto está desmandado, coge por entero al paciente y sus vivencias, de tal manera que se crepusculariza, per-diendo la vivencia de temporalidad y así mismo el registro mnémico. Esta es la diferencia fundamental con la percepción deliroide, que si bien también se origina en un estado afectivo, éste no es crepuscular, por lo cual el paciente las recuerda, las ubica en su sistema delirante y las defiende.

Ejemplos:

Un paciente alcohólico, durante un episodio de intoxicación creía que en la noche mientras caminaba por la carretera, los autos no lo atropellaban y se hacían un lado, por un poder divino que le había sido concedido.

Una paciente crepuscular, muy angustiada, temerosa y asustada refiere durante la entrevista "me da miedo que la señorita que está a su lado me vaya a golpear, la miro y creo que me va a pegar", señalando al coterapeuta.

* Ocurrencias deliriosas: el paciente vive con carácter de realidad, los fenómenos representativos que acuden a su mente, ya sean representaciones mnémicas, de la fantasía u oníricas. Su psicomotricidad y su afectividad son concordantes con estas vivencias, o sea, siente y actúa como si estas representaciones se dieran en la realidad externa. En el hospital se cree en su lugar de trabajo, los médicos son los carniceros de la esquina, los enfermos los compañeros de la feria, la sala, el almacén, etc., y su lenguaje, afectividad y motricidad es concordante con una actitud de trabajo. Además de las características generales que definimos para las ideas deliriosas, en las ocurrencias deliriosas es frecuente su susceptibilidad, o sea, la modificación que se puede ejercer sobre ellas, ya sea de parte de los que lo rodean o del terapeuta si se lo proponen.

Ejemplo:

Citamos a continuación un ejemplo de abundantes percepciones y ocurrencias deliriosas. Un paciente alcohólico en Delirium Tremens, es hospitalizado por agredir a su Sra. gritándole "que hacís con ese desgraciado e... en la cama". Ingresa al servicio y se dirige a un médico sin delantal, como si fuera su padre. En su pieza, toma el colchón, lo saca de la cama y corre el catre por la pieza como si estuviera trabajando en un asunto que para los observadores resulta disparatado. De pronto se sacude los brazos con desesperación y mira su cuerpo con facie muy asustada, mientras se frota como tratando de desprenderse algo de la piel. Dice que son gusanitos que le andan por todo el cuerpo. Le grita enseguida a la enfermera "Ya pus' Juana, vámonos de aquí, hasta cuándo va¡ a estar comprando". Dice estar en el almacén de su barrio, "y me quiero ir donde mi compadre". En ese momento pasa un paciente por afuera de la sala y le grita "Ya pus compadre, venga a tomarse un trago con la Juana. Juanita, llévame de aquí, me van a matar. "Mira, mira, mira". Grita desesperado apuntando al techo. "La tremenda araña... ¡Cuidado!" Se desespera y se tapa la cara con los brazos, se agacha y sigue gritando. El médico le dice: "Pero si no es una araña, quédese tranquilo es un mono que está quieto arriba del árbol". El paciente se tranquiliza y confirma que en realidad se trata de un mono, dando detalles de su apariencia; "es chico y peludo, me mira todo el rato".

- Ideas delirantes en relación al contenido

a) La significación delirante es hacia sí mismo.

* Delirio de culpa: en este caso hay trastorno de la significación de las afirmaciones que tienen su raíz en la conciencia moral. Contenidos frecuentes son: haber fracasado en sus responsabilidades, y/o haberse equivocado y cometido errores.

Ejemplo:

"Esta enfermedad es un castigo de Dios por haber engañado a mi marido hace diez años. Me remuerde la conciencia, pienso en esto todo el día, debería estar muerta", refiere una paciente con una depresión involutiva psicótica.

* Delirio hipocondriaco: en este caso hay un trastorno de la significación de las vivencias de salud física y corporal, a consecuencia de lo cual sus contenidos aparentan las más variadas enfermedades físicas.

Ejemplo:

Un paciente deprimido refiere estar seguro de tener cáncer gástrico a pesar de que todos los exámenes que se ha realizado son negativos. Tiene la certeza de que va a morir pronto por esta enfermedad y ha tomado una serie de decisiones por este motivo.

* Delirio nihilista: en este caso hay un trastorno de la significación de la vivencia de vitalidad, de donde sus contenidos son ruina física, negación de órganos, putrefacción y muerte.

Ejemplo:

Una paciente psicótica puerperal sostiene: "no tengo ningún órgano dentro del cuerpo, yo estoy muerta, ustedes me ven viva, pero yo estoy muerta en vida".

* Delirio de ruina: en este caso hay un trastorno de la significación de la vivencia, de confianza en poder obtener los recursos materiales necesarios para la existencia, por lo que sus contenidos son ruina económica, pobreza y miseria.

Ejemplo:

Un empresario de muy buena situación económica solicita al doctor si podría atenderlo gratis, porque asegura estar en bancarrota. Su mujer interviene diciendo que no ha cambiado en forma importante su estatus económico y no entiende por qué "no quiere gastar un peso y anda llorando miseria".

* Delirio de filiación: en este caso hay un trastorno de la significación de la vivencia de pertenencia a un determinado grupo social, familiar y/o cultural, por lo que sus contenidos son habitualmente en relación a sentirse persona perteneciente a grandes familias, descendientes de poderosos y con vinculaciones importantes.

Ejemplo:

Una paciente hebefrénica sostiene ser hija de una noble familia francesa, "oui, oui, je parlé francé, porque yo soy hija de unos condes que me dejaron a cargo de mis papás chilenos".

* Delirio de grandeza o megalomanía: en este caso hay un trastorno de la significación de la vivencia de su propia valía, con sus capacidades y limitaciones, por lo que sus contenidos son de grandeza, de poseer capacidades únicas y especiales, poderes, riquezas e influencias.

Ejemplo:

Un paciente esquizofrénico sostiene: "yo soy un extraterrestre que está en la tierra con la misión de Cristo. El Señor también era un extraterrestre y ahora me enviaron a mi'

* Delirio místico o religioso: en este caso hay un trastorno de la significación de las vivencias con seres sobrenaturales, por lo que sus contenidos serán convicciones de tener relaciones especiales con Dios, el demonio, los santos, etc.

Ejemplo:

Un paciente esquizofrénico dice: "Tengo una biblia azul y una negra. La negra lo juzgan ahí, en cambio en la otra me ven como un enviado, como un Dios". "En un momento llegué a ser Cristo por la forma que lloraba".

* Delirio de preñez: en este caso hay un trastorno de la significación de las sensaciones físicas, dando pie a ideas de estar embarazada o embarazado, con las características propias de lo delirante a diferencia del embarazo psicógeno.

Ejemplo:

Una paciente hebefrénica sostiene hace 5 años: "yo estoy embarazada de Hervé Vilard. Me masturbo y se me meten los espermatozoides en la tina del baño, de mi marido, porque estoy casada con Hervé Vilard".

* Delirio de trasformación o metamorfosis delirante: en este caso hay un trastorno de la significación de las vivencias de identidad del yo, de donde los contenidos de estos delirios son tener otra figura, otra fisonomía, ser otra persona, trasformarse en animal o trasformarse en monstruo.

Ejemplos:

Un paciente esquizofrénico señala: "Se me están cambiando los ojos. Se me ponen grises porque no tengo cerebro".

Una paciente esquizofrénica dice: "me hacen andar como mongólica, de lado y con un solo zapato. Me cambiaron la cara. La tengo mongólica".

* Delirio de escisión o fragmentación: en este caso hay un trastorno de la significación de las vivencias de unidad del yo, y los contenidos de estos delirios son autodestrucciones, delirios de disolverse, de ser desgarrado por potencias buenas y malas, delirios de duplicación o multiplicación del yo.

Ejemplo:

Un esquizofrénico crónico, nos refiere: "yo soy varias personas, de repente me toma el malo y me dice que me mate, a veces le gana el bueno y no hago nada. Cuando orino, no sé quién lo hace. No soy yo, son estas personas que me hacen orinar y me hacen parar".

* Delirio de control o de influencia: en este caso hay un trastorno de la significación de las vivencias de demarcación del yo o límites del yo, dando así origen a delirios con contenidos de fuerzas extrañas que influyen sobre él, su pensamiento, su cuerpo y sus actos.

Ejemplo:

En un primer brote una paciente esquizofrénica reclama: "se las arreglan con instrumento para provocarme estados de éxtasis y orgasmos. Me meten un mono en el cuerpo. También se meten en mi mente y me la ponen negra y obscura. Me hacen andar como puta y fue el cura de la parroquia el que les dijo, porque yo le gustaba".

b) La significación delirante es hacia el entorno:

* Desrealización y temple delirante: al principio se da con frecuencia, si bien no siempre de modo demostrable, el sentimiento aún impreciso de que el entorno se ha trasformado, de que resulta extraño e insólito (desrealización), raro, lleno de signos no interpretables aún, lleno de significaciones no conocidas todavía (temple delirante). O sea, hay trastornos de la significación del entorno, aunque el significado captado aún sea vago, extraño, misterioso y poco preciso. Todo esto es vivido por el paciente con un estado afectivo que denominamos perplejidad.

Ejemplo:

Mujer de 37 años. Desde 15 días antes de consultar, serias alteraciones del sueño. Algo está sucediendo que es una amenaza para ella. En su trabajo entró un cliente al que se le atendió con un café, y al servírselo, lo degustó con una expresión significativa. La paciente pensó: "Él supo que había preparado un café destinado a mí, con algún tóxico, y que se podían haber equivocado pasándoselo a él... y dejé de tomar café en la oficina... ese mismo hombre ha pasado por delante de mi casa en varios autos distintos, para despistar... estoy segura de todo esto, pero no entiendo qué pasa y qué quieren hacerme...".

* Delirio de referencia: en este caso hay un trastorno de la significación de los eventos que ocurren en el medio ambiente, a los cuales el paciente los consideraría como signos, señales y símbolos directamente dirigidos hacia él.

Ejemplo:

Una joven auditora de radio refiere que un locutor muy conocido dialogaba con ella especialmente a través de las transmisiones, manifestándole, en un tono de intimidad, cuan enamorado estaba de ella. Todo cuanto decía era referente a ella, y en las entrevistas de periódicos hechas a tal locutor de fama, comprendía mensajes especiales en sus palabras.

* Delirio de celos: el paciente presenta un trastorno de la significación de eventos que, siendo intrascendentes, él les da un significado que confirma sus sospechas de ser engañado por el ser querido.

Ejemplo:

Un paciente paranoico amarraba a su mujer al lecho durante la noche, por temor a que mientras dormía, ella introdujera a su amante a la cama.

* Delirio erotomaníaco: el trastorno de la significación es frente a eventos cotidianos que vive una persona del sexo opuesto, y que para el paciente significan que ésta está enamorada de él.

Ejemplo:

Mujer de 40 años. Desde hace 2 años comprendió súbitamente que un sacerdote se había enamorado de ella. Durante un oficio religioso, ella estaba en la primera fila de fieles, y la miró significativamente. Le trasmite mensajes amorosos a través de frases de los evangelios, que sin lugar a dudas los elige para ella. Él enrojece cuando se cruzan sus miradas, a las que ella da importancia especial. La paciente asiste a cuantos oficios religiosos le permite su trabajo. Hace un mes, y sin que nunca hubiera cruzado palabra alguna, decidió poner fin a esta situación, que ella atribuye a cobardía moral, y habló con un supuesto superior, quien lo hizo llamar. El sacerdote a quien ella llama Juan, habló en italiano, y sólo comentó -según ella logró entender-, "tendré que casarme con ella...". Citaron a sus tíos, con quien vive, y a lo que ella accedió gustosamente pensando en preparativos de boda. Y ahora se encuentra con que los familiares la han internado como si estuviera loca.

* Delirio de persecución: al igual que el delirio de referencia, a los eventos habituales del medio ambiente el paciente les da el significado de estar dirigidos hacia él, y en este caso con la finalidad clara de hacerle daño.

Ejemplo:

Paciente de 43 años. Trabaja con su padre en una tienda de decoración. Hace 2 años que, a raíz de atender a la esposa de un personaje público, se siente vigilado en todos sus actos, lo siguen autos con personajes siniestros, cuando camina en las calles con su conviviente, se cruza con personas "que se ríen en su cara. Numerosas veces encuentra su auto estacionado "cubierto de escupos...". Le dan topones intencionados y está decidido a no reparar los daños, para probar que es perseguido. Tres días antes de su primera sesión, al levantar la cortina metálica de la tienda encontró un casquillo de bala y no hay otra alternativa: "es anuncio de que me matarán". Trae a su conviviente como testimonio de las innumerables persecuciones. Ella se limita a asentir temerosamente. Su padre le ha exigido una consulta especializada, porque cree que está trastornado. Él tiene certeza absoluta de la realidad de tales persecuciones. Aceptó acudir al hospital para que opinemos si a estas alturas de los hechos, le conviene tomar un abogado y llevarlo al plano judicial, o si es mejor para él seguir soportando...

c) Otros términos usados en relación a las ideas delirantes

A continuación daremos una definición de términos psicopatológicos usados con frecuencia en la literatura psiquiátrica en relación a los trastornos de la ideación.

* Delirio: término genérico usado habitualmente para referirse al contenido del conjunto de las ideas delirantes que presenta el paciente. Ej.: delirio de ruina, de culpa, de grandeza, etc., y generalmente se emplea cuando hay cierto grado de sistematización en la productividad delirante.

* Ánimo, temple o humor delirante: es el estado afectivo que coge al paciente y el trasfondo con el cual vive sus fenómenos delirantes. Inmotivada creencia, sospecha y espera que no sea seguible ni comprensible por el observador. Es el ánimo de la perplejidad, la sospecha significativa de vivir en un mundo y en un yo transformados. Se ha descrito como ánimo alarmado del "algo sucede", estado de ánimo del sentirse afectado por lo insólitamente siniestro, por el cambio experimentado por el enfermo en sí mismo o en su entorno; el estado de ánimo de la conmoción, del horror, de la amenaza, de la expectativa angustiada, de la sospecha, de la desconfianza, de la inseguridad, la perplejidad, del agobio.

* Dinámica delirante: se refiere a la fuerza con que los afectos y los impulsos actúan en el paciente y van formando el delirio. Para el entrevistador, se puede valorar la dinámica delirante por la forma como el enfermo lleva adelante el delirio. Va desde una viveza con fuerza productiva, con tendencia a la ampliación del delirio, con reacciones emocionales y expresivas fuertes, hasta un delirio fijo, monótono, a veces sin movimiento afectivo, en una descripción del delirio que hace aparecer apagada la productividad psicótica.

* Delirio sistematizado: a partir de una idea delirante originaria, se va confirmando, explicando y expandiéndose, desde otras ideas delirantes vividas por el paciente, un constructo de relativa coherencia que denominamos delirio sistematizado.

Ejemplo:

Una paciente que viste estrictamente de negro, anda con rollos debajo del brazo, en los cuales muestra múltiples diseños acerca de un organigrama celestial con la forma como se va a consumar la parusía. Esto representa una sistematización de un delirio múltiple construido retrospectivamente a partir de una operación banal en la garganta, en la que habrían reemplazado su propia cabeza por otra.

Inicialmente las afirmaciones delirantes de transformación y cambio se fueron ordenando temáticamente en el delirio sistematizado que señalamos.

* Delirio encapsulado: ideas delirantes a las que el paciente presta poca atención, y por lo tanto no tienen incidencia en su vida personal ni en su relación con los demás. Si son investigadas, el paciente las confiesa, pero se hace evidente al entrevistador que no le repercuten significativamente.

Ejemplo:

Un paciente hebefrénico actualmente improductivo pero con muchos elementos defectuales, durante mucho tiempo mantuvo la convicción de que estaba destinado a ser Presidente de la República. Ese núcleo ideativo persiste, pero no lo refiere espontáneamente, ni le provoca repercusión alguna.

* Delirio parafrenizado: término que se usa para describir ciertos tipos de delirios sistematizados y encapsulados, de contenidos expansivos, fantásticos o confabulatorios, que el paciente tiende a guardar en su intimidad, no obstante lleve a cabo acciones concordantes con él. Fuera del mundo delirante, el parafrénico conserva su capacidad de adaptación y muchas veces pasa desapercibido. No es poco habitual que el paciente lo confiese después de varias entrevistas en las cuales ni siquiera se sospechaba su existencia. Roa señala: "Es que el parafrénico se mueve en un orbe par: el de la realidad común, sólido e invariable, y el otro construido en su propia mente sobre la base de pseudopercepciones, fantasías e ideas delirantes: en dicho mundo pone su celo y su impronta; la doble orientación posible a veces en la esquizofrenia se convierte ahora en estado permanente".

Kraepelin fue el primero en utilizar el término parafrenia para designar un grupo de pacientes que presentaban un estado intermedio entre la paranoia y la esquizofrenia. Hoy día se le tiende a considerar como una esquizofrenia, que por su comienzo tardío (se le ha llamado también Parafrenia involutiva), tiene esta marcada doble orientación. Se ha abandonado su denotación nosológica y sólo se usa como un término psicopatológico para designar un delirio con las características que hemos descrito.

Ejemplo:

La paciente es atendida en policlínico en forma intermitente durante 15 años, en relación a una serie de hechos insólitos que se iniciaron, según ella, con la caída de un trozo de yeso del techo de su dormitorio, que dejó al descubierto el entretecho. Hacía tiempo que sentía carreras, murmullos, golpes y una serie de manifestaciones de presencia humana. Comprendió que la filmaban en la intimidad de su dormitorio, con el fin de ridiculizarla. Llamó a su hermana, pero ella no le cree nada y le dice sólo que vea un médico. Siente carreras en el jardín, en la vereda de su casa le dejan papeles significativos. En su trabajo suceden hechos extraños: la evitan en los almuerzos, le dejaron sal en su escritorio, en el baño oye comentarios sobre ella alusivos a su soltería. Siente cómo la "atropellan sexualmente", le hacen sentir dolores extraños en el vientre. Aceptó un encuentro sexual con un compañero de trabajo bastante menor que ella. Sabe que no la quiere, pero no podía negarse. Está segura de que él ha publicitado tal relación. Fue tal su sufrimiento, que decidió j

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