Tras un largo período de experimentación, investigadores de la Universidade Estadual de Campinas (Unicamp) hallaron que una serie de disfunciones que tienen lugar en los oligodendrocitos, células fundamentales en la actividad de las neuronas, pueden cumplir un rol central en el desarrollo de la esquizofrenia.
Daniel Martins-de-Souza, coordinador de la investigación publicada en NPJ Schizophrenia, explicó que inicialmente cuando se constató que la esquizofrenia tenía mucho que ver con un problema en la conexión de las células del cerebro, un alto porcentaje de los estudios se enfocaron en desentramar qué acontecía con las neuronas.
Durante esta época se consideraba que las células de la glía o neuroglias (divididas en astrocitos, microglías y oligodendrocitos) eran mero tejido de sostén. No obstante, añade Martins-de-Souza, en los últimos años se ha demostrado que estas células cumplen una función biológica mucho más relevante de la que se pensaba.
Ejemplo de ello es que varios estudios realizados en el año 2000 mostraron que los cerebros de pacientes con esquizofrenia tienen una menor cantidad de oligodendrocitos que el de personas que no padecen la enfermedad.
Fue a partir de este hallazgo que los investigadores de la Unicamp decidieron estudiar de qué forma el déficit de casi diez proteínas producidas por oligodendrocitos incide sobre el funcionamiento del cerebro. De lograr comprender qué ocurre con los oligodendrocitos de personas con esquizofrenia será posible pensar en desarrollar tratamientos más efectivos.
Para sus estudios los especialistas brasileros cultivaron in vitro neuronas, oligodendrocitos, astrocitos y microglías; cultivos que fueron tratados con MK801, una sustancia que inhibe la transmisión glutamatérgica de forma análoga a la que tiene lugar en el cerebro de individuos que padecen la enfermedad.
Culminada la etapa de observación, los investigadores hallaron que la MBP, una de las diez proteínas estudiadas y fundamental en la constitución de la mielina, aparece en mayor cantidad en el líquido cefalorraquídeo de personas con esquizofrenia, lo que sugiere que éstos pierden la vaina de mielina y sus componentes se solubilizan en el mencionado líquido.
Asimismo, un experimento paralelo que comparó el tejido cerebral post mortem de individuos sanos con el de personas con esquizofrenia, constató que en el cuerpo calloso, región del cerebro que aloja una gran cantidad de oligodendrocitos, aparecían una serie de proteínas que se manifestaban diferentemente en cada individuo.
Los especialistas explican que antes de pensar en la posibilidad de desarrollar nuevos tratamientos hacen falta más estudios, por lo que actualmente vienen llevando adelante una investigación para entender mejor cómo funciona el metabolismo energético de los oligodendrocitos.
Fuente: